jueves, 6 de junio de 2013

A mi hijo el día de su cumpleaños. Papá

Son las diez de la mañana del día diez.

Como recuerdo aquel día,
Mi corazón perdido en la quimera
Minuto a minuto, agonía,
el sudor frío me apodera.

Intento escuchar la brisa,
que un llanto me dijera
luz, amor, sonrisa,
el final a tanta espera.

Una puerta a la alegría,
que se abre, que se cierra
que respira, que se ahoga en la letanía.

Son las diez de la mañana del día diez.

Por fín...

Tu voz rompe la gélida frontera,
mi voz grita al escuchar tu voz
mi llanto cálido a vuestra vera
¡ya tengo a los dos!

Preciosa tu madre, primavera,
y tú, copia de mi yo
no podía ser de otra manera...

Hoy, seis años te gobiernan,
feliz y sincero cuando me miras
hoy mis ojos te contemplan,
como el orgullo de mi vida.
Pablo, hijo mío, gracias
por regalarme tanta alegría.

Son las diez de la mañana del día diez.

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